Lo que iba a ser una celebración se convirtió en un punto de inflexión.
La DANA golpeó con fuerza el corazón de València, afectando especialmente a la zona donde Amstel lleva medio siglo fabricando su cerveza. Era momento de demostrar de qué estamos hechos. Y lo que descubrimos es que Amstel no solo está hecha en València. Está hecha de germanor.
Ese espíritu colectivo que lo mueve todo aquí. Que arropa, que reconstruye, que se convierte en gesto.
Llevamos la mascletà a los 9 municipios afectados. Transformamos la música en abrazo colectivo con un concierto en Torrent, donde una nueva versión de Mi Tierra de Nino Bravo puso letra y emoción al momento. Y grabamos un documental para dejar constancia de todo ello.
Una campaña de base solidaria que va más allá del marketing:
una declaración de identidad. Una marca que se arremanga con su gente.
