¿Cómo hablas de innovación sin sonar a lo de siempre?
¿Cómo cuentas que fallar no es un error, sino parte del proceso?
Zeppelin lo tenía claro: no querían ser una consultora más.
Zeppelin solo lo intenta una y mil veces. Y eso lo cambia todo.
Por eso construimos una marca que no necesitaba disfrazarse de nada.
Solo decir las cosas como son: que en la innovación alimentaria, quien no arriesga, no gana.
Y que fallar no es perder, es jugar hasta que salga.
Creamos el claim “Fail Better” como declaración de principios.
Y desde ahí, una narrativa valiente, clara, directa. Como ellos.
Una identidad que se ensucia las manos, como su equipo.
Y una forma de hablar que no necesita traducirse, porque conecta desde el primer bocado.
Innovación que no viene en PowerPoint.
Viene en forma de ideas comestibles.
Y aquí nos pusimos el delantal para contarlo.